sábado, 15 de mayo de 2010

El déficit estructural continua sin recortarse.

La crisis que estamos padeciendo ha hecho que las cuentas del Estado y del resto de las Administraciones Públicas se encuentren totalmente descontroladas, se gasta más de lo que se ingresa y por lo tanto hay un déficit en las cuentas y por esto los recortes que ha anunciado hace unos días el presidente del gobierno en las nóminas de los funcionarios, las pensiones, gasto farmacéutico, etc. Con estos recortes se pretende reducir el déficit en 15.000 millones en dos años

Pero este recorte en realidad para lo único que sirve es para corregir dos de los anteriores errores del gobierno: En 2009, cuando la crisis ya estaba manifestada en toda su virulencia, haciendo un alarde de no sé cómo calificarlo, el gobierno decidió aumentar el sueldo a los funcionarios casi un 4 % de media y otro 1 % en 2010. Ahora lo único que se hace es corregir aquel exceso. En 2008 el ministro Solbes comentaba refiriéndose a la financiación de las Comunidades Autónomas que era un sudoku de difícil solución, pero el señor Zapatero encontró la solución a los 11.000 millones que se discutían de una forma muy sencilla, más déficit y más deuda. Y se quedó tan tranquilo.

Como pueden ver el importe más o menos coincide y si el recorte es efectivo lo único que conseguirá es corregir unos excesos que nunca se debían haber cometido. Pero esto siendo un problema como lo es, no es el principal problema de las finanzas del conjunto de las Administraciones Públicas. Estos dos casos simplemente son dos de los últimos excesos de una cadena que ha llevado al reino de España a vivir por encima de sus posibilidades.

Aunque en los años 2006 y 2007 disfrutamos de un superávit fiscal, la realidad es que era simplemente ficticio, consecuencia de unos ingresos fuera de lo normal producto de la burbuja inmobiliaria que estábamos generando y que lo único que consiguió fue adelantar los ingresos que en condiciones normales se tendrían en varios años futuros. Ahora nos faltan esos ingresos.

Si no hubiera sido por la burbuja inmobiliaria, que tergiversó los ingresos, seguramente nos habríamos dado cuenta de que estábamos consolidando unos gastos que nuca teníamos que haber consentido, ya que no había ingresos que los respaldaran. Así hemos llegado a una situación en la que sin tener en cuenta los gastos extraordinarios de estimulo fiscal, ni los bajos niveles de recaudación de impuestos, resulta que padecemos lo que se llama un déficit estructural , es decir que cuando volvamos a tener un nivel de ingresos más o menos normal , estos nunca serán suficientes para compensar los gastos que ya hemos consolidado

No nos queda más remedio que seguir profundizando en el ajuste. Tenemos que seguir en el empeño hasta aproximar los gastos a los ingresos, porque será la única forma de que los mercados internacionales nos dejen tranquilos. No debemos olvidar que el nivel de deuda del conjunto de la nación: Administraciones Públicas, empresas y familias es descomunal y hay que devolverlo, si o si.

Como ya hemos comentado en alguna otra ocasión, nos esperan años difíciles. La expresión “Trabajar más por menos” va a ser de lo más normal.

Parece que los políticos no saben realizar los ajustes más que de una forma, que es recortar en los grandes números, pero hay otros recortes que puntualmente son insignificantes y que sumados uno a uno dan un resultado digno de tener en cuenta. Lo que pasa es que seguramente les afecta de una forma más directa y no les interesa hacerlos.

Buen fin de semana.

Nota: Si quiere ver el indice de todas las empresas publicadas pinche en la etiqueta "Análisis"

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