lunes, 27 de agosto de 2012

El coste de oportunidad de nuestras inversiones.

Es posible que alguna vez hayan escuchado esta expresión en boca de algún analista cuando se le pregunta por alguna inversión que él considera poco interesante. El coste de oportunidad es un término económico consecuencia lógica de la escasez de recursos de que disponemos las personas y que está presente, aunque sea de forma inconsciente, en todas y cada una de las decisiones que nos vemos obligados a tomar como consecuencia de esta escasez de recursos. Si nos compramos un coche de 15.000 euros, el coste de oportunidad es todo lo que dejamos de comprar por habernos gastado el dinero en el coche.

Hablando en términos de inversión se puede definir el coste de oportunidad como aquello a lo que se renuncia cuando se toma una decisión de inversión. Si una persona dispone de, por ejemplo, 3.000 euros para invertir y está indeciso entre invertirlos en la empresa A o en la empresa B, cuando después de mucho pensarlo toma la decisión final de invertir en la empresa B el coste de oportunidad es el beneficio que habría obtenido si hubiera realizado la inversión en la empresa A y lógicamente para que esta inversión tenga lógica financiera el rendimiento de invertir en la empresa B debe ser igual o mayor al coste de oportunidad ya que de lo contrario sería más lo que se pierde por el descarte que lo que se gana con la inversión realizada.

Como los recursos que disponemos para invertir suelen ser escasos, debemos ser conscientes de que cada vez que tomamos la decisión de invertir en una empresa estamos descartando la posibilidad de invertir en otras que podrían ofrecernos mejor rentabilidad, por lo que es conveniente antes de realizar la inversión barajar las diferentes opciones que tenemos y elegir la que, con la información que tenemos, nos ofrezca en el plazo previsto de la inversión las mayores garantías de recuperar el capital invertido junto con la mayor rentabilidad posible.

Cuando tomamos la decisión de invertir en una empresa que está muy endeudada, que destina la mayor parte de su resultado de explotación a pagar los intereses de la deuda y que encima no tiene posibilidad de retribuir a sus accionistas sin recurrir a endeudarse más porque el flujo de caja que genera no es suficiente para atender las necesidades del negocio más la amortización de parte de la deuda más la retribución al accionista estamos incurriendo en un coste de oportunidad importante por no haber invertido en otra empresa que genera un flujo de caja suficiente para atender todas sus necesidades, incluso la retribución a sus accionistas, sin necesidad de endeudarse más.

Invertir no es fácil, hay que meditar y barajar bien las opciones que tenemos antes de tomar la decisión que por omisión descartará otras que pueden ser mejores.

Saludos.