miércoles, 16 de junio de 2010

En España sobran empresas constructoras.

Es la conclusión a la que ha llegado el ministro D. José Blanco, que ha estado hoy en la Universidad Menéndez Pelayo y ha aprovechado para hacer unas declaraciones en las que deja caer unas cuantas perlas: Acaba de descubrir que el ritmo de inversiones en infraestructuras de los últimos años es insostenible. También ha descubierto que el dinero es un bien escaso y que por lo tanto hay que racionalizar las inversiones y no malgastar el dinero que nos prestan, y que más tarde tenemos que devolver, en actuaciones sin sentido que no crean valor añadido y que posteriormente hay que mantener. Ha anunciado que los recursos estatales van a estar secos en los próximos ocho o nueve años, y claro la conclusión a la que llega es que ahora sobran en España empresas constructoras y de infraestructuras, así que seguramente en los próximos meses va a continuar el goteo de nuevos parados en estos sectores.

Lo malo es que no se ha dado cuenta él solo de la realidad de España, sino que ha necesitado que la comunidad inversora y nuestros socios europeos le abrieran los ojos, tanto a él como al resto miembros del gobierno del que forma parte. Parece que ya no recuerda que hace escasamente unos meses aún iba anunciando nuevas lineas de tren de alta velocidad ahí por donde pasaba.

No hace falta ser un lince para descubrir que los años pasados hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades gracias primero a los famosos fondos Feder y después al dinero prestado a tipos de interés bajo. No había que viajar mucho para encontrarse con algún cartel que nos anunciaba que las obras por las que pasábamos estaban financiadas con los fondos Feder. Los había por todos los rincones de España, y tampoco hacían falta muchas luces para imaginar que más pronto que tarde ese dinero que nos venía de Europa dejaría de llegarnos.

Esperemos que lo dicho no se quede en unas simples declaraciones y que de verdad se pongan a hacer aquello para lo que han sido elegidos, que entre otras cosas es para administrar de una forma coherente los recursos que ponemos a su disposición vía impuestos.

Cuando uno viaja por el extranjero le llama la atención lo espartanas que suelen ser las infraestructuras en la mayoría de países y seguramente es porque miran el euros con más rigor del que lo hacemos aquí. No disparan con pólvora del rey.

Ahora tiene el Señor Blanco, y el gobierno al que pertenece, una buena ocasión para demostrar con hechos que lo dicho no eran solo unas palabras que se llevan las ondas hercianas. Encima de la mesa tiene el famoso plan de infraestructuras publico-privado de 17.000 millones. Ahí tiene una buena ocasión para demostrar que las inversiones que se hagan sean productivas y que creen valor añadido, que sirvan para el crecimiento futuro, que no sea simplemente quemar dinero. Veremos en que quedan sus declaraciones.

Y poniéndonos en términos bursátiles ¿Como va a afectar esta nueva realidad a las empresas constructoras que cotizan en nuestro mercado?. Seguramente en el corto plazo no se detecte ningún cambio, pero si en realidad el frenazo es de tantos años como ha anunciado el señor Blanco lo normal es que veamos fusiones y procesos de reestructuración de su deuda. Nada bueno para el sector.

Saludos.

Nota: Si quiere ver el indice de todas las empresas publicadas pinche en la etiqueta "Análisis"

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