Mucho se ha hablado, y es cierto, sobre lo mal que hemos aprovechado los españoles el dinero que nos han prestado nuestros acreedores: aves sin pasajeros, aeropuertos sin tráfico aéreo, autopistas sin tráfico, etc. La lista que se puede hacer no es corta, pero también es cierto que una parte importante de el dinero mal gastado en estas infraestructuras, que no utilizamos, nos lo prestaron los países acreedores precisamente para que les comprasemos la tecnología utilizada en estas construcciones resultando ellos más beneficiados económicamente que nosotros.
Si se fijan en el siguiente gráfico, sacado de la página web de la Secretaría de Estado de Comercio, sobre la balanza comercial entre España y Alemania podrán ver que Alemania ha hecho un buen negocio con España vendiéndonos prácticamente el doble de lo que nos compra, hasta el punto de que en 2007 el superávit comercial de Alemania representó el 0,88 % de su PIB que no es moco de pavo.
Ahora se escandalizan porque no podemos devolverles el dinero prestado, pero seguramente también podríamos escandalizarnos los contribuyentes españoles por habernos gastado un dinero que no teníamos en algo que realmente no necesitábamos y que solo ha servido para que empresas extranjeras hagan negocio a cuenta nuestra.
Los países emergentes deberían preguntarse si lo que se están endeudando es en beneficio de ellos o de sus acreedores.
Saludos.