lunes, 27 de agosto de 2012

Ni deudor... ni acreedor

A más de uno y más de una vez, le habrán oído decir que en estos tiempos de crisis en los que es muy difícil tener garantizada una continuidad en los ingresos lo mejor es no tener deudas y sobre todo si su amortización y pago de intereses representa un porcentaje importante de nuestros ingresos. Y como este riesgo, por desgracia, está muy generalizado, lo mejor también es que no te deba dinero nadie ya que el riego de que el deudor tenga dificultades para devolver el préstamo también es alto. Esto es igualmente válido para las personas como para las empresas.

La afirmación anterior creo que en general, a estas alturas de la crisis, la tenemos bastante clara y pocos serán los que se endeuden sin hacer antes muchos números y pensarlo dos veces, y lo mismo haremos si alguien nos pide que le prestemos nuestros ahorros, pero seguramente no actuaremos de una forma tan clara cuando se trate de invertir esos ahorros.

Cuando compramos acciones de una empresa que está más endeudada de lo razonable, de forma que los gastos financieros consumen una parte muy importante de su resultado de explotación estamos asumiendo el mismo riesgo que si pedimos nosotros un préstamo que consume una parte muy importante de nuestros ingresos y ante cualquier reducción en las ventas, la empresa correrá el riesgo de no poder hacer frente a sus costes financieros y entrar en pérdidas, lo que le puede llevar, en el caso extremo, a perder todo lo invertido. Así que procure no comprar acciones de empresas en las que los gastos financieros son superiores a la cuarta parte del resultado de explotación sin tener en cuenta ingresos extraordinarios. Eso le dejará algo de margen de maniobra ante una disminución de las ventas. No se convierta en deudor sin pensarlo antes dos veces.

Cuando compramos participaciones de un fondo de inversión de renta fija, nos estamos convirtiendo automáticamente en acreedores de todos los estados, empresas, etc. en los que está invertido el patrimonio del fondo, por lo que antes de invertir en ese fondo debe averiguar en qué va a invertir el gestor del fondo sus ahorros y así no se llevará el disgusto cuando después de haber hecho la inversión se entere de que se ha convertido en acreedor del estado Griego o de cualquier banco zombie, o de que, sin quererlo, está cargado de participaciones preferentes de cualquier banco que ya no va a pagar el cupón porque tiene perdidas. Antes de convertirse en acreedor averigüe si merece la pena el riesgo.

Las cosas no son siempre como parecen y no hay que confiar en nadie.

No se convierta en deudor ni en acreedor sin pensarlo antes dos veces.

Saludos.