Parece que pese a los resultados de los ya famosos test de stress, los analistas e inversores desconfían de los bancos españoles, con lo que su cotización en bolsa no consigue levantar cabeza. Si miran el gráfico de cualquier entidad seguramente podrán comprobar que actualmente cotiza por debajo del precio que lo hacía hace un año. Tampoco creo que sea una cuestíón solo de la banca española, seguramente ocurrirá lo mismo si miramos cualquier banco de otro país, salvando las excepciones, que siempre las hay.
Pero esta desconfianza no es solo con respecto a los bancos, sino que afecta también y en mayor medida seguramente a las cajas de ahorro, es decir a todo el sistema financiero, lo que pasa es que se manifiesta de una forma más patente con las entidades que cotizan en bolsa ya que es donde la liquidez está más a mano. Los bajos tipos de interés que hemos disfrutado estos últimos años ha permitido un impresionante aumento de la actividad crediticia de las entidades financieras, y por lo tanto que el Activo de estas entidades crezca de una forma espectacular. Los organismos encargados de la regulación de la actividad financiera exigen a estas entidades unos capitales operativos mínimos, ya que como basan su negocio, los créditos, en la utilización de fondos ajenos, los depósitos de sus clientes. Y dado que los créditos se conceden a a largo plazo y que los depósitos pueden retirarse de inmediato, es evidente que las entidades financieras son esencialmente dependientes de procesos de confianza, por lo que los organismos reguladores exigen unos recursos propios mínimos con objeto de asegurar su actividad incluso en los malos momentos.
A finales de 2004 el Patrimonio Neto de las entidades de crédito, incluidas las provisiones para prevenir posibles deterioros de su Activo, alcanzaba la cifra de 147.481 millones de euros, lo que representaba el 8,57 % del Activo. Como consecuencia del aumento de la actividad crediticia y el consiguiente aumento de su Activo, las entidades financieras han ido aumentando al mismo ritmo su Patrimonio Neto, de forma que a finales de Agosto alcanzaba la cifra de 291.090 millones, que es el 8,96 % del Activo actual. Visto así no debería haber ningún problema de confianza ya que ahora las entidades han mejorado su Patrimonio y Basilea III exige que sea el 8 %.
El problema empieza cuando se tienen en cuenta los créditos dudosos con posibilidad de convertirse en morosos y que terminan representando una perdida para la entidad financiera que tiene que asumir con su Patrimonio Neto. En 2004 los créditos dudosos eran 9.231 millones y la provisión que tenían las entidades financieras para posibles deterioros de su Activo eran 35.793 millones. Estaban cubiertos de sobra, un 400 %. Si por aquel entonces todos los créditos dudosos se hubieran convertido en perdidas el Patrimonio Neto lo habría podido cubrir sin problemas y habría pasado del 8,57 % al 8,05 %. Pero en la actualidad las cosa han cambiado drásticamente. Ahora los créditos dudosos alcanzan los 105.946 millones, mientras y las provisiones solo son 72.853 millones, y por lo tanto no llegan a cubrir el 100 % de los créditos dudosos. Si ahora todos estos créditos se convirtieran en perdidas para las entidades financieras el quebranto que se ocasionaría en su Patrimonio Neto sería muy importante, ya que pasaría de representar el 8,96 % del Activo a solo el 3,20 %, que es totalmente insuficiente según las exigencias de los organismos supervisores. Si a esto le añadimos la desconfianza de los inversores por la cantidad de viviendas y solares que se están quedando las entidades financieras en dación en pago y que están valoradas en el Activo a unos precios totalmente irreales hoy en día, el problema se complica todavía más.
Visto así queda más claro porqué los analistas e inversores desconfían de estas entidades y seguramente piensan que más pronto que tarde tendrán que acometer procesos de ampliación de capital para compensar el quebranto de su Patrimonio. También se entiende que el importe destinado por el gobierno al FROB para atender las necesidades de capitalización de las entidades financieras ascienda a casi 100.000 millones. Parece que aunque por ahora se ha utilizado una cantidad mucho menor, es cuestión de tiempo para que se pueda alcanzar una cifra cercana a la cantidad prevista.
Mientras no se resuelva esta incertidumbre y otras más, como la falta de liquidez, es imposible que las cotizaciones de los bancos puedan emprenden una tendencia alcista en la bolsa.
Saludos.
Nota: Si quiere ver el indice de todas las empresas publicadas pinche en la etiqueta "Análisis"
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