lunes, 9 de junio de 2014

El valor de liquidación de las empresa.

En el correo electrónico que nos envía un asiduo lector del blog, nos comenta que cuando analiza una empresa para ver la conveniencia de invertir en ella, le gusta incluir en su análisis el valor de liquidación imaginario que tendría la empresa en ese momento, para así compararlo con el valor de cotización actual de la empresa.

En nuestra respuesta le comentamos, que casualmente, en la hoja de cálculo que tenemos desarrollada para obtener los ratios habituales de la empresa, se incluye la determinación de lo que llamamos “valor de liquidación de la empresa”, que lo que hace es aplicar una serie de descuentos a diferentes partidas del activo para así determinar cuanto quedaría para los accionistas en el hipotético caso de liquidación de esta empresa. Entendemos que es un ejercicio teórico al que, desde nuestro punto de vista, hay que darle poco valor a la hora de decidir si la empresa en cuestión es una buena inversión, ya que si algún día se llega al caso de verse en necesidad de ser liquidada, habrá pasado previamente por un proceso de pérdidas sucesivas que habrán cambiado totalmente su Balance de Situación, pero es un argumento más a tener en cuenta a la hora de decidir.

Se parte del supuesto de que cuanto menos líquidas son las diferentes partidas del activo, más difícil será poder venderlas para convertirlas en dinero con el que poder pagar a sus acreedores, y repartir lo que quede, si es que queda algo, entre los accionistas, que como se sabe, son los últimos en cobrar.

Se calculan los siguientes descuentos: un 5% a la partida de deudores comerciales, un 15% a las existencias, un 15% a los activos no corrientes mantenidos para la venta, un 50% a los activos intangibles (incluso el fondo de comercio) y un 15% al resto de los activos no corrientes. Una vez sumados todos los descuentos se le resta al patrimonio neto de la entidad dominante, y el importe que queda es lo que quedaría para distribuir entre los accionistas después de pagar a todos los acreedores, que dividido por el número de acciones nos daría el “valor de liquidación de la empresa” por cada acción.

Para que se hagan una idea, los mostramos a continuación el valor de liquidación de alguna empresa junto con el valor al que cotiza actualmente:

Iberpapel: Valor de liquidación: 15,67€, cotización actual: 13,29€. Si nos atenemos solo a este criterio de valoración, la empresa está cotizando muy por debajo de su valor.

Arcelor: Valor de liquidación: 13,00€, cotización actual: 11,40€. Lo mismo le ocurre a esta empresa.

Deoleo: Valor de liquidación: 0,06€, cotización actual: 0,41€.

Iberdrola: Valor de liquidación: 2,52€, cotización actual: 5,41€.

Telefonca: Valor de liquidación: 0,00€, cotización actual: 12,45€. Si fuera cierto este supuesto sus accionistas no cobrarían nada.

El hecho de haber penalizado fuertemente en el cálculo el inmovilizado intangible, hace que las empresas que han hecho fuertes inversiones en el pasado reciente, pagando mucho más de lo que valían en libros los activos adquiridos, o por las licencias de uso o marcas adquiridas, provoca que se vean sometidas a una fuerte pérdida patrimonial en perjuicio de sus accionistas.

Les puede parecer exagerado, pero no son pocas las empresas que se han visto obligadas a aplicar importantes pérdidas por excesos de valoración en su inmovilizado intangible.

Indudablemente la simple aplicación de esta formula no es suficiente, y es necesario un estudio más detallado y personalizado para conocer la fortaleza de los activos de la empresa.

Lógicamente esto no es una recomendación de compra, simplemente es una interpretación personal de la información que las empresas aportan a la CNMV y nada impide que se puedan comprar más baratas.

> Saludos.

Nota: Para ir al indice de empresas y a la cartera de inversión pinchar aqui

1 comentario:

  1. Hola BDL. Muchas gracias por tu aportación. Al leerla me ha recordado a Ben Graham y sus Net-Net. Al igual que tu haces los ajustes indicados, él directamente desestimaba todo el activo fijo, considerando sólo el circulante: tomaba el 100% del efectivo y activos financieros, el 75% de la partida de clientes y el 50% de las existencias. Luego restaba todo el pasivo exigible. El resultado, que llamaba el activo circulante neto, lo comparaba con la capitalización bursátil. Eran evidentemente otros tiempos porque hoy resultaría muy difícil encontrar títulos con net-net positivo (aunque sinceramente nunca los he buscado expresamente).
    Un saludo. Anatolia.

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